viernes, 28 de enero de 2011

Marge Gunderson

(Frances McDormand, "Fargo")

Marge, cumpliendo con su deber.

Vuelvo a los hermanos Coen para hablar de un personaje sumamente peculiar y fascinante: el de una mujer policía, inteligente y cortés, en avanzado estado de gestación, para quien lo extraordinario de su existencia no es la investigación de una serie de crímenes complejos sino su exageradamente apacible vida marital. Marge Gunderson (Olmstead, de soltera) (Frances McDormand) nos sorprende porque, pese a su eficacia, es la antítesis de los agentes policiales de muchas películas, esos que se pasan las veinticuatro horas del día pensando en su caso, sin apenas comer ni dormir, atiborrados de café y tabaco, alejados de sus familias y con la tensión permanente en el rostro.
Cuando Marge vuelve a casa le espera su esposo Norm (John Carroll Lynch), un tipo bonachón, callado y relajado que nunca le pregunta por los casos que investiga. Ella, sin embargo, está vivamente interesada en la rutina diaria de Norm, los sellos que pinta de forma artesanal, su pesca y las sencillas noticias que le comenta. La trivialidad es su felicidad, mientras que el sentido del deber policial, cumplido con sensatez y exquisitez, no traspasa el umbral de su hogar. Y es que uno de los grandes aciertos de esa maravilla cinematográfica que se llama "Fargo" (1996) es convertir la espeluznante historia criminal que nos cuenta en uno más de los acontecimientos secundarios en la vida de Marge.
Frances McDormand es una de esas prodigiosas actrices que responden siempre a los grandes papeles. Como Meryl Streep, Jessica Lange, Glenn Close o Sigourney Weaver, entre otras (creo que ya hablé de esto a propósito de la Weaver y su Paulina Escobar). Lo malo es que esos grandes papeles no suelen ser frecuentes, pero cuando se produce salen momentos tan inolvidables para el cine como "La decisión de Sophie", "Frances", "Atracción fatal" o "La muerte y la doncella". En el caso de McDormand, "Fargo" es una de las cimas de su carrera, pero no hay que perder de vista sus personajes en "Camino al paraíso", "Casi famosos", "Vidas cruzadas", "Arde Mississippi" o "En tierra de hombres".
Marge Gunderson es la jefa de policía de Brainerd (Minnesota, Estados Unidos), una pequeña ciudad de unos diez mil habitantes, cerca de la frontera con Canadá, donde las principales noticias suelen ser domésticas. El invierno dura desde noviembre hasta abril y la nieve es un elemento habitual en ese periodo. Es una población peculiar, ya que el origen alemán, noruego y sueco de muchos de sus habitantes ha creado un acento comunitario muy singular. Por si fuera poco, la falta de estrés y de tensiones ha proporcionado a la gente un poso de extremada tranquilidad que se advierte en su parsimonia para hablar y actuar.
Es lo que se conoce por el nombre de "Minnesota nice", un estereotipo aplicado a los habitantes de este Estado (precisamente en el que nacieron y se criaron los hermanos Coen) que define su conducta social: son educados, generosos, corteses, agradables, suaves en el trato, reservados para los forasteros, contenidos emocionalmente y poco dados a la confrontación, entre otras características. Sólo por el esfuerzo de Frances McDormand con su "acento Minnesota" es aconsejable ver la película en versión original... y con subtítulos, por muy buen dominio del idioma anglosajón que se tenga, ya que muchas expresiones son demasiado localistas.

Norm y Marge, una pareja plácidamente enamorada.

Marge está embarazada de siete meses, pero su avanzado estado de gestación no le impide por el momento cumplir con su labor. Su marido, Norm Gunderson, también era policía, pero acordaron que él dejaría el trabajo para ocuparse de las labores domésticas y de sus plácidas aficiones: pintar y pescar. Sus conversaciones no parecen tener una gran trascendencia:

Norm:
Lo publicaron.
Marge: ¿Lo publicaron?
Norm: Sí.
Marge: ¿De veras?
Norm: El sello de tres centavos.
Marge: ¿Tu pato real?
Norm: Sí.
Marge: ¡Oh, eso es fantástico!
Norm: Es sólo un sello de tres centavos.
Marge: Es fantástico.

Marge es la protagonista de la película, pero se trata de una condición discutible. Para empezar, aparece cuando ya ha transcurrido la media hora de proyección, todo un desafío para las leyes del buen guión cinematográfico, que aconsejan incluir al personaje principal en las cinco primeras páginas. Pero Ethan y Joel Coen se saltan esta norma de forma magistral, porque luego su presencia cobra una fuerza magnética que nos hace creer que ha estado siempre en pantalla. Está tan bien trabajado su personaje que nos encandila de inmediato.
Las comidas cobran una gran importancia en la película, en parte por el embarazo de Marge. A ella la vemos comer en restaurantes, en la cocina de su casa, en la carretera o en su despacho. En todas las escenas en que aparece con Norm o bien están en la cama, generalmente pensativos, o engullendo cualquier tipo de alimento.
Desde un punto de vista narrativo, muy a gusto de cada espectador, "Fargo" también se puede ver como la historia de un tipo gris, inseguro, humillado por la sociedad, sin personalidad, anulado por todos los que le rodean, manejable y tan vacío que nos da lástima. Tenemos entonces la historia de Jerry Lundegaard, interpretado de manera magistral por William H. Macy. Jerry ha contratado a dos individuos en la ciudad de Fargo para que secuestren a su mujer; el objetivo es que su millonario suegro pague el rescate y él pueda hacer frente, con la mitad de ese dinero, a sus numerosas deudas. Pero Jerry es un pobre hombre incapaz de controlar la situación. A los dos delincuentes se les va de las manos ese encargo y antes de secuestrar a su esposa ya han dejado cadáveres por el camino. Y es ahí donde aparece la jefa de policía de Brainerd.
Marge recibe una llamada de madrugada; le informan de que han aparecido tres cadáveres en la carretera del término municipal. Norm también se levanta para prepararle unos huevos a modo de desayuno. Se despiden con dulzura. Cuando llega al escenario del crimen, acompañada por Lou (Bruce Bohne), demuestra su sagacidad para, con un simple vistazo, darse cuenta de lo que ocurrió: un policía hizo detener a dos sospechosos; estos le asesinaron y, cuando escondían el cadáver, fueron vistos por dos testigos que iban en un vehículo. Los persiguieron y los mataron unos kilómetros más adelante.
- ¿Has visto algo ahí, jefa?
- No, es que creo que voy a vomitar.
- ¡Demonios! ¿Necesitas ayuda, Margie?
- No, ya se me ha pasado: Vuelvo a tener hambre.
Los protagonistas van actuando según el plan previsto. Jerry, ajeno al triple asesinato, trata de convencer a su suegro, Wade Gustafson (Harve Presnell), de que no hay que llamar a la policía por el secuestro, sino dejar que las negociaciones las lleve él en persona. Los criminales, Carl Showalter (Steve Buscemi) y Gaear Grimsrud (Peter Stormare), han llegado a una cabaña, donde ocultan a Jean (Kristin Rudrüd), la mujer de Jerry, a la espera de noticias y del dinero.
Pese a la brutal naturaleza del crimen, Marge recuerda  que tiene que comprarle a Norm lombrices para pescar; y cuando éste le espera en la jefatura de policía, no le abruma con detalles del caso, sino que le pregunta por el concurso local de pintura al que se va a presentar. Su esposo ni siquiera parece interesado cuando Lou le informa a su jefa acerca de las pesquisas sobre el coche alquilado que han utilizado los asesinos.
Marge consigue que la gente se sienta a gusto en su compañía; sabe escuchar, sonríe y trata a las personas con tacto y psicología. Cuando se entrevista con dos prostitutas de un club de carretera (que pasaron una noche con los ocupantes del vehículo alquilado), se muestra afectuosa y cordial, por lo que consigue mucha más información que si hubiera sido fría y distante.

- La verdad es que el bajito era raro.
- ¿En qué sentido?
- No lo sé, pero era raro.
- ¿No puedes concretar un poco más?
- No sabría decírselo... la tenía muy torcida.
- ¿Y seguía siendo raro además de eso?

Marge pone nervioso al desgraciado Jerry Lundegaard.

La investigación le lleva a Minneapolis, la capital del Estado, para hablar precisamente con Jerry Lundegaard, jefe de ventas del concesionario de coches al que pertenecía el vehículo de los secuestradores. En ese momento no puede imaginarse lo cerca que está de la clave del caso. Viajar hasta allí es tan especial que hasta Norm se sorprende ligeramente. Con cualquier otro policía de película, la acción iría directamente al meollo de la cuestión, pero con ella, no: La vemos acercarse a la conserjería del hotel, saludar a los empleados con exquisita amabilidad, preguntar por un buen restaurante para cenar y guardar bien las distancias, sin parecer antipática, con un antiguo compañero de estudios, Mike (Steve Park), quien afirma estar viudo para intentar ligar con ella.
Marge puede parecer frágil, sobre todo por su estado, pero no se amilana ni siquiera ante la amenazadora presencia de Shep Proudfoot ("Pie Ligero") (Steve Reevis), un fornido y violento indio cuyo teléfono particular aparece en el registro de llamadas que hicieron Carl y Gaear desde el club de carretera. Shep trabaja en el concesionario de coches donde Jerry es el jefe de ventas y fue el vínculo entre éste y los secuestradores. Con sagacidad y con asombroso conocimiento de la naturaleza humana, no le deja opción para inventarse ninguna excusa y le lleva adonde quiere. "¿Cree usted que recordará ahora quién hizo la llamada?", concluye sonriendo.
El círculo criminal se está cerrando en torno a un sobrepasado Jerry, incapaz de controlar lo que ha provocado. Su suegro es asesinado porque no le deja entregar el dinero; no sabe nada de su mujer, es incapaz de consolar a su hijo y los problemas le atosigan sin que pueda hacerles frente. Marge se convierte en su nuevo problema cuando ella va a visitarlo por segunda vez. Está plenamente convencida de que el coche de los delincuentes salió de allí; la actitud de Jerry, nervioso e inseguro, le confirmará sus sospechas cuando eleve la voz y se ponga muy tenso durante el interrogatorio.

- Ese coche no es nuestro. Yo lo sé.
- ¿Pero cómo lo sabe? ¿Cuentan los coches todos los días?
- Señora: ya he contestado a su pregunta.
- ¿Disculpe, señor?
- Señora, ya he contestado a su pregunta. Ya he contestado a su... ¡Estoy cooperando!
- Señor, debería intentar no ponerse borde, porque estoy haciendo mi trabajo.

Jerry acaba desquiciado y la deja sola en el despacho con la promesa de que va a comprobar si realmente le falta algún vehículo. La mirada de Marge se detiene en la libreta de aquel tipo, luego pasa a la mesa, las paredes, una fotografía enmarcada de su mujer y, finalmente, la ventana: entonces descubre que Jerry se va con su coche. "¡Maldita sea! ¡Se está largando! ¡Se está largando!", exclama nerviosa y, por primera vez en la película, un tanto excitada. Sabe que está muy cerca de la resolución de su caso.
El azar juega a su favor cuando Marge da una vuelta con su coche por la zona de los lagos: descubre el vehículo (un Sierra marrón) que andaba buscando y, cuando se acerca a la cabaña, observa que un individuo (Gaear) está triturando un cadáver. La escena está exenta de dramatismo, heroísmo y riesgo, salvo un trozo de madera que le lanza él antes de intentar escapar. El ruido ensordecedor de la máquina anula la música y el diálogo, de forma que tampoco es un momento aterrador. La jefa de policía le detiene con un balazo en la pierna.
En el coche policial, Gaear escucha en silencio el monólogo de Marge, abatida por las circunstancias. Ha apresado a un tipo que ha asesinado a cinco personas, entre ellas a la secuestrada señora Lundegaard (porque no soportaba sus gritos) y a su compinche Carl. Y todo por un poco de dinero. Su frase final es como una declaración de principios, un canto a la honestidad y a la sencillez. Una filosofía de la vida resumida en una simple frase:
  
"Hay cosas en la vida más importantes que el dinero, ¿sabes? ¿No lo sabías? Y ahora estás aquí. Y hace un precioso día. Es muy difícil entenderlo".

"Dos meses más...".

Marge es la antítesis de la degradante actitud que han mostrado Jerry, Carl y Gaear, tres seres solitarios e incapaces de encontrar sentido a sus vidas. El dinero es lo último que necesita ella. Tiene a Norm, que le aporta serenidad, tiene una existencia placentera, que irá consumiendo sin sobresaltos, con la fuerza del cariño, y tiene a un bebé en camino que se convertirá en el punto culminante de su felicidad. Si eres feliz, ¿para qué ambicionar poder o dinero?
- Te quiero, Margie.
- Te quiero, Norm.
- Dos meses más.
- Dos meses más.

La película
- Aunque al comienzo se advierte que está basada en hechos reales, lo cierto es que los Coen tomaron dos episodios trágicos ocurridos en 1962 y 1972 y mezclaron ambas situaciones en una sola historia.
- El título "Fargo" hace referencia a una localidad de Dakota del Norte, aunque realmente no se filmó ahí ninguna escena y sólo se menciona la ciudad cuando Jerry se entrevista con los dos secuestradores.
- La genial actuación de Steve Buscemi, como Carl Showalter, era de prever; no en vano, los Coen escribieron el papel pensando en él.
- William H. Macy tuvo que insistir para encarnar, de forma espléndida, a Jerry Lundegaard. Tras hacer una prueba y esperar a que le llamaran, decidió volar a Nueva York y entrevistarse con el director y el guionista. Al parecer les convenció tras asegurar que si no le daban el papel arruinarían la película: "Es mi papel".
- La actuación de Macy provocó grandes elogios y en varias entrevistas tuvo que admitir que no improvisó nada: hasta la tartamudez estaba en el guión.
- Frances McDormand, que es la esposa de Joel Coen, tuvo una profesora, Larissa Kokernot, natural de Minnesota, para conseguir su peculiar acento local. Curiosamente, esa profesora hace el papel de una de las prostitutas.
- De las siete nominaciones que obtuvo la película en la gala de los Oscar de 1997, se llevó la del mejor guión original (Ethan y Joel Coen) y mejor actriz, para McDormand, que superó, entre otras, a la espléndida Brenda Blethyn ("Secretos y mentiras").
- El personaje de Marge Gunderson está considerado entre los cien mejores de la historia del cine (el 33, según el American Film Institute; el 75, según la revista Empire).
- Durante años circuló el rumor de que una mujer japonesa había estado buscando realmente el maletín del dinero que Carl Showalter escondió en la nieve.
- Una curiosidad: Santiago Mainar, condenado por el asesinato del alcalde de Fago, una pequeña y bella localidad de Huesca, tenía el dvd de "Fargo" cuando las televisiones le entrevistaron antes de que fuera inculpado por el crimen.

5 comentarios:

  1. Compa Kaplan, he disfrutado como un marranillo en un charco.... No sólo por lo espléndido, jugoso y bien documentado de tu texto (que también), sino porque Fargo, además, es una de mis pelis favoritas (y, en mi modesta opinión, y más allá de querencias personales, una de las mejores pelis de los treinta ó cuarenta últimos años). Su historia ofrece, junto a esa apariencia tan simple y pueril, todo un tratado acerca de la condición humana, amén de una construcción narrativa soberbia y una galería de personajes maravillosamente trazada. Una joya a disfrutar mil y una veces (hace tiempo que perdí la cuenta de las veces que la he visto -y, espero, las que me quedan...-).

    Un fuerte abrazo y buen fin de semana.

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  2. Enhorabuena por el comentario, me parece una película genial, no me canso de verla. El personaje de Marge es una gozada, pero no nos olvidemos del gran Steve Buscemi, que lo borda. Esta noche la veré otro vez. Un saludo.

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  3. Hola Manuel: Fargo es una de esas felices coincidencias (la trama, los intérpretes, esa filosofía de vida, la música...) que ocurren una vez cada muchos años. No obstante, con los Coen te puedes esperar siempre una obra maestra, y ahora recuerdo que Valor de ley se va a estrenar en febrero, y con Jeff Bridges.
    Hola Anónimo: Coincido contigo en cuanto a Steve Buscemi, sus escenas no tienen desperdicio, y William H. Macy, una maravilla, los dos.
    Buen fin de semana.

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  4. MAGISTRAL RESEÑA!! Y PUNTO!!

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  5. Lo haría muy bien, pero no darle el óscar a Brenda Blethyn fue uno de los mayores robos de la historia, igual que cuando Grace Kelly se tiró a toda la academia

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